Una vez detectadas, procedían a ocuparlas ilegalmente, muchas veces expulsando a los legítimos dueños por la fuerza. Luego, abogados y colaboradores del entorno armaban escrituras y boletos de compraventa falsos para comercializarlas con terceros de buena fe.
Uno de los casos más resonantes es el del ex tenista tucumano
Roberto Saad, actualmente residente en Estados Unidos. Saad y su familia descubrieron que su casa, ubicada en calle Balcarce al 100, había sido ocupada ilegalmente y que el grupo intentaba venderla utilizando documentos fraguados, incluso falsificando la firma de un familiar fallecido.
El abogado querellante Ernesto Baaclini destacó el rol de los fiscales en la rápida actuación para recuperar la propiedad: “Con casi nada, descubrieron una organización muy sofisticada”, señaló.
El juez interviniente hizo lugar parcialmente al pedido fiscal y dictó prisión preventiva por cuatro meses a los tres imputados principales, mientras continúa la investigación para identificar al resto de los involucrados, entre los que habría más abogados y agentes de fuerzas de seguridad.
Las voces de los querellantes fueron unánimes en exigir firmeza de la Justicia. “Resulta alarmante que se hayan utilizado herramientas jurídicas e institucionales para legitimar maniobras claramente delictivas”, expresó el abogado Ernesto García Biagosch. José María Molina, otro de los representantes legales de las víctimas, advirtió sobre el perfil vulnerable de los damnificados y la sistematicidad del delito: “No son hechos aislados, sino un accionar planificado”, aseveró.
Con múltiples pruebas en marcha —incluidas pericias de celulares secuestrados que revelan la participación de nuevos actores—, la Justicia tucumana sigue adelante con una causa que podría exponer una de las redes de estafas inmobiliarias más grandes de los últimos años en la provincia.
Fuente: CONTEXTO