Los senadores postergaron los temas a
debatir en el Congreso y consolidaron sus dietas en más de nueve
millones de pesos en bruto. Al no tomar una decisión respecto a la
última resolución de la vicepresidenta, Victoria Villarruel, que venció el
pasado 31 de marzo, los ingresos de los legisladores se verán beneficiados por
el aumento de 2,7% por enero y febrero, logrado por el gremio
de la Asociación del Personal Legislativo (APL), que comanda Norberto Di
Próspero.
Los legisladores dejaron pasar el tiempo y cualquier
discusión por sus ingresos quedó para un debate futuro, pero en mayo ya
estarán recibiendo en mano siete millones de pesos, lo que motivó el
reclamo de algunos legisladores, como el caso de José María Carambia, el
senador de Santa Cruz, que forma parte del armado político del gobernador
Claudio Vidal.
“Hace un mes le presenté una nota a la vicepresidenta de la
República Argentina (Victoria Villarruel) rechazando el aumento a los
senadores y pidiendo la suspensión de este. Al no ser escuchado y
completamente desoído, se ha realizado el aumento igual. Por eso, he decidido
que, la mitad de este, un millón de pesos, sea sorteado para ONGs de la
provincia de Santa cruz y el otro millón de pesos será sorteado para dos vecinos
de nuestra querida provincia de Santa Cruz”, posteó en las redes el senador
nacional Carambia, dejando aclarado que el sorteo se realizará el próximo 8 de
mayo a las 18.
Otro senador, el cordobés Luis Juez (Pro), le pidió por nota
a Victoria Villarruel que “mantenga congelada” su dieta como senador por todo
el transcurso del corriente año (2025). Y agregó: “No son momentos para
discutir los salarios de la política, todo lo contrario, es
precisamente la oportunidad indicada para acompañar el esfuerzo que hace el
pueblo en conjunto”, expresó Luis Juez.
La discusión por los ingresos
Hace un año los senadores sancionaron, a mano alzada, una
resolución a propuesta del salteño Juan Carlos Romero, por el cual engancharon
sus ingresos a los trabajadores del Congreso, calculando sus dietas con
base en un sistema de módulos. Cada senador cobra 4000 módulos, divididos en
2500 por dieta, 1000 por desarraigo y 500 por representación. Cada módulo tiene
un valor con relación a la escala salarial del trabajador legislativo. Con el
último aumento del 2,7%, el monto del módulo es de 2285 pesos. Lo que lleva
el ingreso mensual a 9.200.000 pesos por representante de las
provincias.
Pero aquella sanción de abril del 2024, y ante el escándalo
público que generó, los propios senadores se suspendieron los aumentos hasta el
pasado 31 de diciembre. Posteriormente, la mayoría de los bloques
parlamentarios le enviaron, en los días previos al cierre del 2024, notas a la
vicepresidenta, Victoria Villarruel, facultándola para detener los aumentos
“hasta que se trate este asunto durante las sesiones ordinarias del año 2025″,
dijeron. Por tal motivo, la titular del Senado prorrogó hasta el pasado 31 de
marzo la resolución DR 27/24 votada en el recinto que congeló las
dietas de los senadores.
Pero como los legisladores decidieron no discutir más el
tema, incluso, algunos, lo intentaron introducir en la pasada sesión
del jueves en homenaje al Papa Francisco, pero en la reunión de Labor
Parlamentaria se cerraron esas posibilidades. Vencieron los plazos que
estableció Villarruel y se retrotrajo la situación a la primera decisión de
abril del año pasado.
Proyectos sobre dietas a discutir
Ante el escándalo por los ingresos de los senadores
nacionales, durante el 2024, se presentaron en la Cámara Alta iniciativas
tendientes a fijar una posición y de esa manera cerrar el debate.
El senador Francisco Paoltroni (Libertad, Trabajo y
Progreso) trabajó en un proyecto para regular la renuncia a
las dietas y promover la transparencia y la austeridad en el Congreso.
La iniciativa, de siete artículos, establece que los legisladores, sean
diputados o senadores, podrán renunciar total o parcialmente a sus
dietas mediante una solicitud formal presentada por escrito ante la
secretaría administrativa correspondiente.
En sus fundamentos, Paoltroni señaló: “Proponemos una medida
concreta de austeridad en las remuneraciones de los legisladores nacionales,
adecuándolas a un estándar que refleje las condiciones económicas del país. La
dieta legislativa se establece en un monto equivalente a diez
jubilaciones mínimas vigentes, un parámetro que simboliza un compromiso
ético con los sectores más vulnerables de nuestra sociedad”.
Mientras que desde UXP, José Mayans presentó un proyecto
para fijar un tope máximo a los haberes de las autoridades superiores de
los tres poderes del Estado, así como de órganos extrapoderes, organismos
descentralizados de la Administración Pública Nacional y empresas estatales.
También establece límites a la remuneración de las máximas autoridades.
El proyecto fija que las remuneraciones mensuales del
presidente, el vicepresidente, los jueces de la Corte Suprema, los senadores,
los diputados, el Procurador General, el Defensor General, los consejeros de la
Magistratura, los auditores generales, el Defensor del Pueblo de la Nación y el
personal del Servicio Exterior no podrán superar los 20 Salarios
Mínimos, Vitales y Móviles, por todo concepto.
Fuente: TN